martes, 23 de octubre de 2012

"Cinismos. Retrato de los filósofos llamados perros"


En estos tiempos donde lo políticamente correcto se ha hecho dueño de la escena pública, donde los poderosos tienen más poder, desvirtuando una idea de democracia que parecía evolucionar, bueno es recordar a unos filósofos que allá por el siglo IV a. C. ya se enfrentaban a las normas establecidas.  En el libro de Michel Onfray Cinismos. Retrato de los filósofos llamados perros (Paidós, 2002) vemos una galería de pensadores cuyo cometido es no dar nada por sentado y luchar contra las ideas preestablecidas de su  sociedad (que, dicho sea de paso, siguen siendo en gran medida las ideas de la nuestra).  Para ello se valían más de la acción que de la palabra, y aquí tenemos una de las mejores escenas que demuestran esto:
Platón había acuñado una frase que, a su entender,  definía perfectamente al hombre, a quien llamó «un bípedo sin plumas»…Los platónicos consideraron que era una expresión acertada, pero no ocurrió los mismo con Diógenes, quien en su rincón preparaba una contrademostración de facto: después de haber desplumado un gallo vivo, lo lanzó en medio de una reunión presidida por Platón, con lo cual, demostró silenciosamente que la definición era inadecuada y que, de todas formas, lo real no podría reducirse al concepto ni a las palabras.” (pp. 58-59)
Por el hecho de ser principalmente filósofos de acción apenas hay escritos propios, y las noticias que nos han llegado de ellos son de coetáneos y enemigos suyos, lo que ha llevado a Onfray a realizar un gran trabajo para conseguir asentar el corpus cínico. Especialmente interesante es el capítulo “Exégesis de tres lugares comunes”, cuando desmonta (tomando prestada la voz de los cínicos) tres ideas básicas en nuestro sistema social, a saber: El trabajo, el matrimonio y la patria.   El trabajo no es virtud, sino esclavitud moderna (y aquí hay que recodar a Lafargue y su Derecho a la pereza); el matrimonio es también esclavitud, en este caso, de la mujer (y hasta no hace mucho era así); y respecto a la patria, dejo hablar a Onfray:
“La ciudadanía es un juego para personajes mezquinos, orgullosos, proclives a las prerrogativas superficiales, cargados de vanidad y desdén, que en virtud de un complejo de superioridad creen que se los considera mejores. La excelencia de la que se vanaglorian no es más que efecto del azar. En suma, la patria es una quimera, y la ciudadanía, una superchería” (pag. 192)
Y es que una cosa tan azarosa como el nacimiento no debería hacernos creer mejores que otros…

En definitiva, un libro muy ameno de leer y que despierta la mente, que puede servirnos para pasar un buen rato y reírnos con algunas de las barbaridades de estos extraños filósofos, e incluso puede cambiarnos la vida, si nos planteamos convertirnos en auténticos cínicos.
"Cinismos. Retrato de 
los filósofos llamados perros"
Michel Onfray
ISBN: 9789501265279
Paidós

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