lunes, 21 de enero de 2013

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Plato Principal: "Contraluz" Thomas Pynchon


"El verdadero problema de la guerra
(la guerra moderna) es que no le da a
nadie la posibilidad de matar a la
gente indicada"
Ezra Pound

"La especie humana"

En 1943, Robert Antelme, joven de veintiséis años, redactor en el Ministerio de Información francés, entra en la Resistencia. La amistad decide por él. «No fuimos héroes», recordará Marguerite Duras, casada en aquella época con Antelme, «la Resistencia vino a nosotros porque éramos gente honrada». En 1944 es detenido por la Gestapo y deportado a Alemania, al igual que su hermana Marie-Louise. Buchenwald, Gandersheim y Dachau son las etapas sucesivas de esa deportación. En El dolor, Marguerite Duras narra los días de abril de 1945 consumidos en la espera de Robert, en la pesadilla sobre su retorno. Hallado en Dachau, presencia sin identidad («un Ecce homo sin sujeto, muestra de nadie, muestra no de un hombre, sino el Hombre reducido a su esencia irreductible», escribirá mucho más tarde Dionys Mascolo), es sacado del campo por sus amigos. Durante el viaje de regreso, «infernal y maravilloso», en una fiebre, no parará de hablar. «Habla sin fin», habla sofocada y sofocante por querer decir la indecible verdad que lo humano entraña. Un año después, retornado a la carne, trabaja en la escritura de La especie humana, libro publicado por vez primera en 1947. 
Escrito con una sobriedad «a ras de las cosas», La especie humana es un relato marcadamente antiliterario, o bien de pura literatura. Desarmada escritura del desastre que pone de manifiesto, en palabras del propio Antelme, «como sola y última reivindicación, un sentimiento último de pertenencia a la especie». 
Comunidad de la especie así afirmada que, lejos de reintegrarnos en una presencia tranquilizadora de lo humano para consigo mismo, nos asedia y obsesiona a modo de un deshacimiento infinito. Como lo leerá Mascolo: «El SS no es diferente de nosotros. La inocencia personal, por muy profunda que se la suponga, nada vale al lado de esa solidaridad forzosa con la especie como portadora de mal, de muerte, de fuego. No hay humanismo en eso. ‘Nuestro hermano SS’, podría decirse … para decir la inhumanidad que hay en el hombre». 
En 1946, Antelme, «comunista» anterior a toda militancia, ingresa en el Partido, del que se verá excluido en 1950. Contrario a la continuación de la guerra en África del Norte, es uno de los firmantes del llamado «Manifiesto de los 121», una Declaración sobre el derecho a la insumisión en la guerra de Argelia, en cuya redacción final interviene decisivamente Maurice Blanchot: «La negativa a servir es un deber sagrado». En 1968 es miembro del Comité de acción de estudiantes y escritores. Padece una hemiplejía desde 1983, y muere en 1990.


«Consideraba que él, que había vivido aquello, no era nada. Porque lo que había vivido era inmenso, increíble. Aquello ponía de relieve una fuerza que no se conocía en el hombre. Ante ese fenómeno, él sentía que había sido accidentalmente el objeto de tal encuentro.» 
Marguerite Duras 


«Ha escrito un libro sobre lo que cree haber vivido en Alemania: La especie humana. Una vez escrito, hecho, editado el libro, no ha hablado más de los campos de concentración alemanes. Nunca pronuncia esas palabras. Nunca más. Nunca más tampoco el título del libro.» 
Marguerite Duras 

«Por eso, Robert, conservo mi sitio junto a usted. Y esta “noche vigilada” en que usted viene a verme no es una ilusión donde todo desaparece, sino mi derecho a hacerle vivir hasta en la nada cuya cercanía presiento.»
Maurice Blanchot 

«Inmensidad de esa habla inerme. Aurora de la “debilidad humana”, soberana.» 
Robert Antelme 


"La especie humana" 
Robert Antelme 
Arena Libros, 2001 
ISBN: 84-930708-6-6 

"Estallidos y bombardeos"


Individualista insobornable, narrador de sorprendente talento, polemista de genio, testigo privilegiado de la escena artística inglesa de las primeras décadas del XX, íntimo de James Joyce, T. S. Eliot o Ezra Pound, archienemigo de Noël Coward y de los artistas del grupo de Bloomsbury, muchos coinciden en señalar a Wyndham Lewis como alguien extremadamente brillante y por tanto peligroso. Esta es la autobiografía de Wyndham Lewis durante sus años más creativos: el período que precedió y que siguió inmediatamente a la Primera Guerra Mundial. Pero no estamos simplemente ante unas originalísimas memorias de guerra y posguerra. Este libro constituye, de hecho, un auténtico repaso a las inquietudes artísticas de toda una época. 

"Estallidos y bombardeos" 
Wyndham Lewis 
Impedimenta, 2008 
ISBN:978-84-936550-3-7 

"Contraluz "

El mineral transparente conocido como espato de Islandia posee la curiosa propiedad óptica de la doble refracción: duplica en paralelo la imagen del objeto que se mira a través de él. Si se contemplara la Tierra por una lámina de ese espato, la imagen duplicada no sería exactamente la esperada. En un juego semejante se embarca aquí Thomas Pynchon al recrear un mundo en descomposición, el que va de la Exposición Universal de Chicago de 1893 a los años posteriores a la primera guerra mundial. Cientos de tramas entrelazadas trasladan al lector desde los conflictos laborales en las minas de Colorado hasta el Nueva York finisecular, para pasearlo después por Londres y Gotinga, Venecia y Viena, los Balcanes, el México revolucionario, el París de posguerra o el Hollywood de la era del cine mudo. Y por un laberinto de palacios y burdeles, callejones y desiertos, se mueve una abigarrada galería de personajes: anarquistas, aeronautas, tahúres, canes parlantes, científicos locos, videntes y espías, que se codean con personajes reales como Bela Lugosi o Groucho Marx. 
"Contraluz "
Thomas Pynchon 
Tusquets, 2010 
ISBN: 978-84-8383-207-3 

"En las trincheras "

“Toda esta grande y gloriosa nación de Francia se halla en suspenso y como aletargada de frío, mientras sus hijos se baten”. El joven periodista catalán Gaziel conoció “las oleadas de polvo y sangre” de los frentes de la Primera Guerra Mundial, se mezcló con los soldados de la vanguardia y con las gentes de la retaguardia para trazar un testimonio emotivo, penetrante y pacifista. La visión de uno de los primeros corresponsales de guerra españoles, que recorrió los frentes francés y balcánico, de Verdún hasta Serbia, se internó en las trincheras y arriesgó su vida en las líneas de fuego, equipado con 
máscara antigás, bajo el fuego de los francotiradores. Edición definitiva, con artículos nunca recogidos en volumen, a cargo de Manuel Llanas, biógrafo de Gaziel, y Plàcid Garcia-Planas,  corresponsal de guerra de La Vanguardia. 


Bajo el seudónimo de GAZIEL se esconde el escritor Agustí Calvet  (1887-1964), cuya trayectoria periodística, truncada por la guerra civil, culminó en la dirección del periódico barcelonés La Vanguardia en el período 1920-1936. Gaziel se había dado a conocer en sus  páginas con crónicas de la Primera Guerra Mundial que, originales y amenas, ponen de manifiesto una capacidad de observación que hoy en día sigue subyugando, convirtiendo sus reportajes y artículos en obras maestras. Vivir la guerra le permitió perfilar su conocimiento del alma humana y, en una paradoja del destino que él mismo reconoció, le hizo descubrir su  capacidad de seducir a los lectores. 


"En las trincheras "
Gaziel 
Diéresis, 2009 
ISBN: 978-84-933997-7-1