martes, 11 de diciembre de 2012

Menú 11 diciembre - La potencia de la negatividad



Entrada: "Marxismo Tardío" Fredric Jameson

Vino de la casa: "Cuentos completos" Juan José Saer

Plato principal: "Estación Finlandia" Jorge Aulicino


Postre: "Dialéctica negativa" Theodore Adorno


"Si no existiera la provocación,
el relato se cristalizaría en formas
estereotipadas. Y si no hay riesgo,
¿para qué escribir?."

Juan José Saer.

"Marxismo Tardío. Adorno y la persistencia de la dialéctica"

En nombre de un ataque a las nociones de "totalidad" e "identidad", un gran número de teóricos contemporáneos se ocuparon de echar los proyectos utópicos y dialécticos del marxismo por el desagüe del posmodernismo y la "pospolítica". Un caso paradigmático es el de la interpretación reciente de uno de los más grandes filósofos del siglo XX, Theodor Adorno. En Marxismo tardío, Fredric Jameson se aparta de esas tendencias, intenta documentar las contribuciones de Adorno al marxismo contemporáneo y propone una lectura radicalmente diferente de su trabajo, en especial de sus obras más importantes en el campo de la filosofía y de la estética:Dialéctica del IluminismoDialéctica negativa y Teoría estética
El énfasis que Adorno pone en la presencia del capitalismo tardío como una totalidad dentro de las formas mismas de nuestros conceptos o de las obras de arte lo vuelve el modelo dialéctico por excelencia para nuestro tiempo. Así, sostiene Jameson: "Ningún otro teórico marxista puso nunca en escena esta relación entre lo universal y lo particular, el sistema y el detalle, con semejante atención, intensa y abarcadora".
Además de realizar un estudio pormenorizado de la obra de Adorno y probar su actualidad, Jameson transmite en estas páginas el mensaje adorniano de celebración de la dialéctica en cuanto tal, para lo cual lleva a cabo un análisis sincrónico del corpus, que reconstruye el sistema del filósofo alemán con minuciosidad y hasta devoción. En estas páginas, a las que The Nation llamó el estudio filosófico más sofisticado que se haya publicado sobre Adorno alguna vez en Estados Unidos, resuena por su lucidez la escritura del propio Adorno, a cuya inteligencia crítica y utópica Jameson se mantiene fiel.

"Marxismo Tardío. Adorno y 
la persistencia de la dialéctica"
Fredric Jameson
ISBN: 9789505578481
Fondo de Cultura Económica

"Cuentos completos"

Las ficciones narrativas que componen este volumen abarcan cuarenta y tres años de trabajo literario de uno de los escritores más importantes de nuestro tiempo, Juan José Saer. Los primeros textos fueron escritos en 1957, los últimos, en 2000. El autor los ha ordenado empezando por el libro más reciente y terminando por el más antiguo: "Tal vez de esa manera el lector tendrá del conjunto una perspectiva semejante a la mía", expresa. Cuentos en el sentido clásico del término, pero también ficciones más abiertas, argumentos, narraciones breves que constituyen el universo saeriano y confirman aquello de que "lo imaginario es grande, multiplicado, diverso". La lectura de estos textos aquí reunidos arroja luz sobre las marcas propias de un estilo inimitable: la poética que se aleja del realismo tradicional y la percepción ocupando el centro del relato, la predilección por el mundo de los recuerdos y la aceptación de las trampas que impone la memoria, los puntos de vista que inauguran una nueva escena en lo ya narrado, los míticos personajes ¿Tomatis, Barco, Leto y tantos otros¿ y una ardua interrogación sobre lo real, el lenguaje y la historia. La literatura de Saer ha fundado un nuevo modo de leer. Sin duda, los lectores apasionados por su obra celebrarán la presente edición de los Cuentos completos, una de cuyas secciones, "Esquina de febrero", incluye varios relatos inéditos.

«Saer es un narrador que pone a la lírica como horizonte de su literatura y hace de la poesía un modelo político del uso del lenguaje». Ricardo Piglia.

"Cuentos completos"
Juan José Saer
ISBN: 9789507313219 
Seix Barral

"Estación Finlandia. "


   
Comenzar por el final, tal parece ser la elección de Jorge Aulicino (Buenos Aires, 1949) al dar el título a sus poemas reunidos: Estación Finlandia . En la última sección del libro, un poema inédito lleva el mismo título, y si bien no es cifra, ya que baladí es cifrar una clave de lectura al cabo de cuarenta años de trabajo con la lengua, implica sí una dirección. Se impone, en todo caso, señalar ciertas condiciones que ubican la poesía de Aulicino en un territorio donde la política, la moral y la estética conforman un cuadro de dimensiones épicas, una cartografía donde transcurre la comedia humana. Pero no hay conclusión ni moraleja. El dedo de Lenin desde el camión blindado señala, como escribe el poeta, no el futuro "sino su hueco". Así la poesía de Aulicino -sobre todo a partir de La caída de los cuerpos(1983) y, en mayor medida, de Paisaje con autor (1988)- encuentra el suyo, un espacio en el que el lenguaje y sus reglas se someten a la violencia del puro existir, de la naturaleza, de lo que se acostumbra llamar la historia.

Como puede leerse en la Advertencia al comienzo del libro, se han excluido una plaqueta y un libro iniciales, de modo que Vuelo bajo (1974) es el inicio propiamente dicho del volumen. Este primer libro muestra algunos síntomas del poeta por venir: el desapego hacia la retórica sentimental, el laconismo en la resolución de los finales, la preocupación por no cristalizar el poema bajo la presión del significado. Otro tanto ocurre con Poeta antiguo (1980), del que cabe agregar un rasgo que iría a acentuarse en su obra posterior: la conversación que entabla el mundo objetivo como cosa dada y la percepción de él. El lugar que el poeta da a la luz es central. En muchos pasajes de su obra, la luz como elemento que narra las desavenencias entre lo aparente y lo real, o entre lo que se presenta como real y termina en engaño, conforma una fenomenología poética de la materia en movimiento. Los objetos, modificados y vueltos del revés por efecto del ojo que existe en relación con una mente, traducen a su vez la compleja red que el pensamiento establece con el lenguaje. En cierto modo esto se afirma en La caída de los cuerpos . Véase por ejemplo el poema "Sudores diurnos": "La fantasía propone jinetes blancos sobre una ladera seca./ La realidad propone una pared azulejada./ El cuadro propone un ganso degollado./ Todo es cierto./ Los argonautas mueren de neumonía/ en una sala de terapia intensiva/ pero hay serpientes marinas en sus sueños/ y ciruelas impresionistas sobre sus mesas de luz."

En adelante, emerge el poeta que, habiendo comenzado a publicar a mediados de los años setenta, sin dejarse arrastrar por la corriente dominante que en la poesía argentina representó la generación anterior, atravesó la marea neobarroca y su reflujo objetivista, aunque comparta elementos del objetivismo. En todo caso la poesía de Aulicino, si se quiere pensar no en términos de evolución sino de arduos caminos que un poeta se impone para encontrar la voz para un decir, fue cobrando espesor, densidad conceptual, y su prosodia se hizo eco; los versos acusan la torsión que les fue impuesta. Hombres en un restaurante (1994) y Almas en movimiento (1995), funcionan casi como un libro único.

Llegado a este punto, el poeta ha reafirmado una visión del mundo. Lo que se evidenciará en libros como La línea del coyote (1999), La nada (2003), o de manera extrema en Cierta dureza en la sintaxis (2008), es aquello que forma el núcleo de su obra. Aulicino ha entablado un diálogo con el tiempo desde la más cruda -y lúcida- conciencia de su época. Como un viajero en el tiempo, el poeta conversa con las ruinas de antiguas civilizaciones, las mismas que acusan la ruina del presente. Poemas como "Termópilas" ( La luz checoslovaca , 2003) funcionan como esbozos condensados de esa visión del mundo. Lo mismo que el inédito "El capital", donde se lee: "no debe dedicarse a la poesía/ si no está dispuesto a recibir en su centro mental/ el peso de la inflación de mercado/ y el repliegue táctico que imbrica/ guerras, la soledad de un hombre, las conjuras".

El paisaje industrial, la acumulación constante de desechos, basura, escombros, una civilización devenida puro detritus, son parte de un apocalipsis que Aulicino postula y que sucede de continuo. No son la escenografía de un drama burgués, como no es música de fondo el ruido del motor de un auto en una ruta. El poeta, metafísico como unstalker , atraviesa las capas de la cultura, derriba la pretendida erudición de las citas y guiños al lector, para ponerlo de frente a lo que ha visto en su viaje: "Y ahora nos excluyen las galerías de Occidente/ que el capital construye como deidad sin deus / y más allá de él".
"Estación Finlandia. 
Poemas Reunidos (1974-2011)"
Jorge Aulicino
ISBN: 9789871803224 
Bajo la luna

Por Sandro Barella  | Para La Nación
20.7.2012

























Estación Finlandia


Libertad es la necesidad conocida, Engels


Y sobre la precisión, y sobre el armado de aquella relojería
que implicaba vidas en las leyes de la historia, el viento de octubre
rugía. Sabés, no era el nido de la cigüeña ni el jardín de los cerezos
sino su luz, la que, derrumbándose, provocaba el desapego,
otra alienación. Ni de fraguas rojas como el cielo
era el porvenir en los ojos de ciervo de los nuevos obreros.

No era lo que se perdía, no. No lo que se ganaba.
Era todo torvo, metafísico, de uno y de otro lado.

Y sobre aquella vastedad del clima al que se abandonaba todo,
tu dedo desde el camión blindado.

No era el jardín, era su luz;
no era el futuro, sino su hueco.

"¡Todo el poder a los sóviets!", tu dedo.
No ha lugar a semiclimas. Este es el momento,
mañana será tarde, ayer era temprano.
¿Alguno vio que ese momento sagrado de la historia
-lo que va del ayer al mañana- era cimbreante vértigo?
O algo distinto al vértigo. Un momento de nada. Hablando en rigor,
un momento ahistórico (ni los de arriba ni los de abajo pueden vivir como hasta ahora).

Ciego, entraste en el hueco, sin voces. Y tras de vos, el sóviet.
¿Qué sería ahora de la nueva asamblea? Una torsión en los siglos,
una extrema prescindencia, un cántico vacío, un oratorio, un canon.

A partir de vos, la historia fue irreal. En cierto modo -en un modo, en el único modo-,
dejó de ser historia. Fue de nuevo el páramo duro de la religión, no humano.

En tus secretas charlas con Hobbes, resolviste la partida de esta forma:
Si los dejamos librados a sus intereses, estos potros desnudos, hambre y fusil,
van a la organización, al gremio, a la palabra hecha objeto: salario, salario.
Nuestra luz, amasada en alguna comarca de la lógica, en un sitio atestado,
revelará el destino que calzaremos como un guante de acero.
No pudo con tu cerebro tu cuerpo tártaro. Paralizado, mudo, dictabas todavía cartas
al Comité Central.

Pero todo había cambiado ya: se organizaba lo rampante según el dictado
de una máquina de acero que era imposible parar.

En los parlamentos europeos se veían las caras, cara a cara,
pero en el sóviet había caras tan despejadas de engaño que apenas conservaban
el color del surco, la rojiza luz de los talleres.

Los hombres no fueron tratados ni como cosas: fueron tratados como ideas.
Y todo el partido, toda la historia, se convirtió en ideológico erial.
Todo fue irreal, y tragó sangre, madres, olores, el silencio sagrado del trabajo.

Coraje, Lenin. Borbotea de nuevo el alcantarillado de la historia.
Estos son hombres, estos son hombres, en las vacías ciudades nuevas.
Habemos hombres y chatarra. Hombres que saben de un modo confuso
de aquel intento de entender, en lucha cuerpo a cuerpo, de qué son objeto.
Millones quedaron allí, en el descampado sin historia, por entender la historia,
por cambiar la historia sin entenderla, por trascender lo vano y lo nuevo.
Millones, por ser en la luz infecunda del cielo.
Millones por vos, por tu dedo señalando lo más privado de historia,
lo nuevo privado de historia: el poder de los sóviets. La libertad.


Jorge Aulicino, "El capital" (2010), Estación Finlandia. Poemas reunidos, Bajo la Luna, Buenos Aires, 2012

"Dialéctica Negativa. La jerga de la autenticidad"

'La formulación 'dialéctica negativa' atenta contra la tradición. Ya en Platón, la dialéctica quiere obtener algo positivo mediante el instrumento intelectual de la negación; más tarde, la figura de una negación de la negación designó esto lacónicamente. Este libro querría liberar a la dialéctica de semejante esencia afirmativa, sin disminuir en nada la determinidad. Devanar su paradójico título es una de sus miras.' Nueva traducción de una de las referencias absolutas en la producción de Adorno, que en la presente edición está acompañada por 'La jerga de la autenticidad', según la concepción original del propio autor.

"Dialéctica Negativa. La 
jerga de la autenticidad"
Th. W. Adorno
ISBN: 978-84-460-1673-1
Akal