miércoles, 10 de octubre de 2012

"La última de César Aira"



Hace unos cuantos años (creo que cinco, si no me equivoco) me propuse escribir una novela, o mejor dicho demostrarme que podía escribir una novela en el acto mismo de componer una. La ligereza del desafío autoimpuesto me dotó de una envidiable libertad de movimiento. Escribía sólo para ver si salía algo. Dado que no tenía ni idea de cómo hacer tal cosa, decidí tomar un modelo prestado, a la vez el más a mano y el que más me gustaba: sí, claro, el de César Aira. Ya por entonces había toda una camada de aireanos (el “spam”, como los llama con malicia Fabián Casas) a los que venía a sumarme alegremente; si tanta gente escribía como el Maestro ¿qué le hace una mancha más al tigre? Al mismo tiempo era una forma de sacarme de encima la ¿cómo le dicen? “angustia de las influencias”, escribir una novela a la manera de Aira y después tratar de no volver a escribir así nunca más en la vida. Por eso, me dije, “si vamos a hacerla, vamos a hacerla bien” y como para darle una vuelta de tuerca al asunto se me ocurrió que aquello que se encontraba vedado en las otras novelas “aireanas”, la influencia, o mejor sería decir “el procedimiento” que las guiaba, acá apareciera bien al frente, como una cuestión misma de la trama. Los resultados están (a partir de hoy) a la vista. A mis amigos les gustó (por algo son mis amigos) y gracias a su insistencia saqué a pasear el texto para que conociera a nuestras queridas editoriales independientes. El primer editor que leyó el original me dijo que lo quería publicar, pensé que tocaba el cielo con las manos, ya me imaginaba dando entrevistas, protagonizando suplementos literarios, iniciando polémicas, citado en ponencias. Después surgieron problemas de presupuesto, después me dijo que un tipo que vivía en España y había cobrado una gran herencia iba a poner la planta si el texto le gustaba (y después me aclaró que al mismo tipo no le gustaba nada Aira) después me cansé de llamarlo y hacer el papel de boludo. De ahí todo fue barranca abajo: dos editoriales alegaron tener completa la lista de títulos, otro editor me dijo que era demasiado larga y que los personajes fracasaban con esos nombres tan raros (¡como si hubieran nacido para triunfar!). En fin, hace mucho que no la releo y si lo hiciera hoy no sé si me atrevería a darla al conocer, pero lo cierto es que fui feliz mientras la escribía y no le guardo ningún rencor: me parece que descansará mejor y en paz colgada on-line al virtual alcance de todos que sepultada bajo el moho polvoriento del cajón donde duermen todos mis originales.

Tras leerla, César Aira le dedicó un elogio borgiano: “Muy instructiva –dijo– parece una novela mía, pero escrita en prosa”.
Ariel Idez







"La última de César Aira"
Ariel idez
ISBN: 9789872709136
Pánico el pánico

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